Guaraníes: Mujeres del río, la palabra y la semilla
- Roberto Arnaiz
- 6 jun
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En el corazón verde del noreste argentino, donde los ríos hablan y los ceibos se elevan como torres vivas, los guaraníes tejieron una cultura profunda, sensorial y espiritual. Habitaron lo que hoy son Misiones, Corrientes y partes del Chaco y Formosa, en un territorio que también se extendía al Paraguay, el sur de Brasil y el este de Bolivia. Para ellos, la selva no era obstáculo: era madre, maestra y refugio.
La organización social guaraní tenía una estructura matrilocal, lo que significa que el varón, al casarse, se integraba a la familia de la mujer. Este dato doméstico revela una lógica relacional distinta al modelo patriarcal europeo. Las mujeres no estaban subordinadas: ocupaban un lugar vital en la estructura familiar, política y espiritual del pueblo.
Eran guardianas de la lengua y tejedoras de la memoria. La historia, los mitos, las genealogías y las enseñanzas pasaban de madre a hija, de abuela a nieto, en cantos, cuentos y relatos. Decían que la palabra era semilla, y ellas sabían sembrarla. En su lengua, el ayvu no solo nombra: crea realidad. Como sostiene Bartomeu Melià, jesuita y estudioso de esta cultura, “la palabra guaraní es memoria viva del alma colectiva”.
En lo cotidiano, las mujeres eran pilares de la economía agrícola. Cultivaban la mandioca, el maíz, el poroto, el tabaco. Controlaban los ritmos de la siembra y la cosecha, sabían leer los ciclos de la luna y el comportamiento de los animales. Recolectaban frutos, raíces, plantas medicinales y actuaban como pohãná —curanderas—, expertas en las propiedades del monte. Combinaban infusiones, baños, dietas, cantos de sanación y contacto espiritual con Ñande Sy, la Gran Madre, fuerza primordial y protectora de los pueblos.
La educación no era formal, sino oral y afectiva. Las abuelas eran las maestras invisibles: enseñaban con el relato y el ejemplo. Iniciaban a niñas y niños en los principios del respeto, el equilibrio con la naturaleza y la ética de la reciprocidad. La comunidad entera era una escuela abierta, donde el saber se respiraba en el aire del monte.
El parto se realizaba en chozas especialmente dispuestas, con ayuda de mujeres sabias que conocían las posturas, los rezos y los cuidados necesarios. La sexualidad no era condenada ni moralizada, sino integrada a un ciclo natural, con mujeres mayores guiando a las más jóvenes en los tiempos del cuerpo y el deseo. No existía el concepto cristiano de culpa: existía la armonía.
Aunque la figura del cacique era masculina, muchas decisiones importantes se consultaban con mujeres mayores del clan. Había mujeres de prestigio, llamadas kuñakarai, que oficiaban en rituales, curaban, educaban y orientaban. Su autoridad no dependía de la fuerza, sino del saber y la templanza.
En tiempos de conquista, muchas fueron raptadas, forzadas, silenciadas. Pero otras resistieron desde el lenguaje. Guardaron los cantos. Tradujeron los sueños. Sostuvieron las raíces de un pueblo que, golpeado pero vivo, aún canta a su madre espiritual.
Hoy, mujeres como María Rosa Andrade —líder espiritual en Ka’aguy Poty— o maestras bilingües como Delia Villalba y Lidia Amarilla, mantienen viva la llama del guaraní en la educación formal y en la espiritualidad. Como ellas, tantas otras siguen sembrando palabra en tierra ancestral.
Cuando hablamos de los guaraníes, no se puede hablar de cultura sin hablar de mujeres. Ellas eran la voz, la medicina, la tierra, la raíz.
Ellas eran —y son— el alma del río.
Bibliografía
"El universo simbólico guaraní", Bartomeu Melià, CEADUC, 1991, Asunción.
"Estudios antropológicos sobre los indígenas del Paraguay", Branislava Susnik, Museo Etnográfico Andrés Barbero, 1981, Asunción.
"La palabra sagrada: oralidad y ritual en el mundo guaraní", León Cadogan, Fundación León Cadogan, 2002, Asunción.
"Etnobotánica guaraní en Misiones: saberes y usos tradicionales", Ricardo L. Fortunato, Editorial de la Universidad Nacional de Misiones (EDUNaM), 2015, Posadas.
"La infancia guaraní: comunidad, juego y aprendizaje", Ana María Portaluppi, Editorial Biblos, 2007, Buenos Aires.
"Ayvu Rapyta: textos míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá", León Cadogan, Editorial El Lector, 2004 (ed. original 1959), Asunción.
"Mujeres indígenas: poder y resistencia en América Latina", Anne Christine Taylor y otros, IWGIA – Ediciones Abya-Yala, 2001, Quito.
"Guaraníes y jesuitas: una historia de resistencia", Carlos M. Degregori, Fondo Editorial PUCP, 2004, Lima.






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