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Halcones de Malvinas: el rugido argentino que perforó el acero británico


Ellos tenían portaaviones. Nosotros, pájaros de acero remendado, cruzando el cielo con el pecho desnudo y el alma en combustión. Ellos tenían radares. Nosotros, santos en la cabina y mecánicos que arreglaban con alambre y esperanza. Ellos tenían la estadística. Nosotros, la obstinación del que no se resigna. En 1982, la Fuerza Aérea Argentina tuvo su bautismo de fuego. Fue el 1º de mayo, en el cielo y sobre el mar de las islas Malvinas, cuando los aviones argentinos enfrentaron por primera vez al poderío británico en combate abierto.


Y no fue una prueba menor: se enfrentaron a una de las flotas más poderosas del mundo, con pilotos profesionales, radares de última generación y buques equipados con música de guerra y acero británico. Pero desde las entrañas de San Julián y Villa Reynolds, partieron hacia la historia un grupo de hombres que cambiaría para siempre la forma en que el enemigo los recordaría. Los llamaron “Los Halcones”. Eran jóvenes, decididos, valientes. Y estaban dispuestos a todo.


La edad promedio de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina era de apenas 26 años. Algunos, como el teniente Luciano Gálvez, tenían hijos recién nacidos al momento de despegar. Jóvenes formados en la urgencia, volaban misiones suicidas en A-4B sin radar ni protección electrónica. El 1º de mayo fue su bautismo de fuego: ese día los Halcones atacaron por primera vez a la flota británica. A partir de allí, cada vuelo fue una carta sin destinatario, pero con destino probable.


Volaban bajo. No por estrategia solamente, sino porque sabían que más arriba los esperaba la muerte. El radar enemigo los cazaba como buitres. Los Sea Harrier rondaban invisibles. Rozaban el mar a 30 metros, con la espuma lamiendo el fuselaje. Cada vuelo era un suspiro contenido, cada misión, un hilo de vida que podía cortarse en cualquier momento. Se fundían con la niebla. Por eso, cuando llegaban, llegaban como un trueno inesperado.


Zelaya, Gálvez, Rinke. Pilotos de la V Brigada Aérea, entrenados para atacar blancos terrestres, que aprendieron a hundir buques en pleno combate. Zelaya, tucumano, atacó el destructor HMS Glasgow el 12 de mayo y lo dejó fuera de servicio por el resto de la guerra. El mismo día, la escuadrilla de Manuel Bustos perdió a cuatro pilotos. La sangre y la gloria iban juntas.


Carlos Alfredo Rinke, conocido como el “numeral de hierro”, participó en seis salidas de combate. En la misión del 25 de mayo, su escuadrilla atacó al HMS Broadsword y Coventry. El primero quedó fuera de combate. El segundo se hundió en veinte minutos. Ese mismo día, cayó Hugo Palaver, el capitán que había llevado a Gálvez en su primera salida. La guerra no daba tregua.


Gálvez había partido dejando a su hija recién nacida. En su primer vuelo, escuchó por radio la última comunicación de Palaver: se estaba quedando sin combustible, listo para eyectarse. En otra misión, Gálvez también estuvo al borde de la eyección, hasta que el reabastecedor KC-130 le dio coordenadas: "Tranquilo, changuito, que te vamos a buscar". Y lo encontraron.


El 8 de junio, en Bahía Agradable, los Halcones, en una operación conjunta con la Armada Argentina, atacaron al Sir Galahad y Sir Tristam. El primero fue hundido. El segundo dañado. Fue el día más negro para la Royal Navy. Más de cincuenta soldados británicos murieron. Incluso el enemigo erigió años después un monumento en honor a los pilotos argentinos. También fue un día trágico para nosotros: al volver, otros cuatro A-4B despegaron y tres fueron derribados.


Las bombas caían por gravedad. Las miras eran rústicas. Volaban sin radar, sin apoyo electrónico. Pero lo hacían igual. Porque si no ellos, ¿quién? Los mecánicos trabajaban toda la noche para que los aviones, con agujeros en el fuselaje, volvieran a despegar al amanecer. Les daban una palmada en la pierna y les deseaban suerte.


“El motor por el que fuimos fueron nuestros camaradas”, dice Gálvez. No lo hicieron por medallas ni por honores. Lo hicieron porque estaban todos en la misma trinchera del aire. Porque había que ir. Y fueron.


En Malvinas, el rugido no salió de la boca. Salió del reactor. Y llevó nombre de halcón. La dignidad tuvo rostro de piloto. De halcón. De piloto argentino.

 

Balance de operaciones de la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas


Misiones de combate realizadas: aproximadamente 1.200 salidas.

Operaciones ofensivas exitosas: más de 400 ataques a objetivos navales y terrestres.

Buques enemigos hundidos:

  • HMS Sheffield (misil Exocet – Armada, pero apoyo logístico conjunto)

  • HMS Coventry (ataque directo A-4B)

  • HMS Ardent

  • Sir Galahad (Landing Ship Logistic)

  • Sir Tristam (dañado gravemente)

Buques averiados (con diferentes niveles de daño): más de 10, entre ellos:

  • HMS Glasgow

  • HMS Broadsword

  • HMS Antrim

  • HMS Brilliant

  • HMS Plymouth


Eficacia del ataque: Uno de los pocos casos en la historia moderna en que una fuerza aérea sin superioridad aérea logra hundir buques enemigos de primer nivel con bombas convencionales.


Pérdidas:

  • 55 aviadores de la Fuerza Aérea murieron en combate.

  • 21 aviones derribados en misiones (A-4, Mirage III, Dagger, Canberra).


Bibliografía sugerida


  1. "La Fuerza Aérea en Malvinas"

    Brigadier (R) Rubén Oscar Moro

    Ed. Planeta, 1983.

    ➤ Relata con rigor las misiones aéreas y decisiones estratégicas argentinas durante la guerra.


  2. "Malvinas: testimonio de su gobernador"

    Brigadier General Mario Benjamín Menéndez

    Ediciones del Centro Editor de América Latina, 1985.

    ➤ Incluye testimonios de comandantes y una visión general de la campaña.


  3. "Halcones sobre Malvinas"

    Comodoro Pablo Carballo

    Ed. Argentinidad, 2007.

    ➤ Crónica directa de uno de los pilotos combatientes, con relatos en primera persona.


  4. "Los vuelos secretos de Malvinas"

    Marcelo Larraquy

    Sudamericana, 2005.

    ➤ Investigación sobre vuelos logísticos, combate y espionaje durante el conflicto.


  5. Documentos oficiales de la Fuerza Aérea Argentina y del Ministerio de Defensa

    ➤ Publicaciones conmemorativas y balances estratégicos emitidos entre 2002 y 2022.


  6. “La Guerra Inaudita: Malvinas y el colapso del Imperio británico”

    Federico Lorenz

    Ed. Taurus, 2012.

    ➤ Aporta análisis históricos y políticos, y pone en contexto la actuación militar argentina.




 
 
 

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