Las Bases de una Nación: Cuando Alberdi Pensó la Argentina del Futuro
- Roberto Arnaiz
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“La Constitución no debe ser el código del pasado, sino el evangelio del porvenir.” — Juan Bautista Alberdi
Introducción
En tiempos de profunda inestabilidad, cuando las guerras civiles desgarraban el territorio y la idea de una nación parecía aún una quimera, un hombre se sentó a escribir. No tomó un fusil, sino una pluma; no fundó un partido, sino una visión. Juan Bautista Alberdi comprendió que después del estruendo de la batalla venía el tiempo de las ideas.
Al enterarse de la derrota de Rosas en la batalla de Caseros, ocurrida el 3 de febrero de 1852, no celebró con gritos ni arengas: escribió las Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina. Redactado en Valparaíso, Chile, y publicado el 1 de mayo de 1852, este texto fundacional estaba destinado no solo a resolver las urgencias del momento, sino a ofrecer una brújula para el porvenir.
Esta obra no es simplemente un ensayo político, sino el acta de nacimiento de una Argentina moderna, liberal, institucional.
Lo que sigue es un recorrido por sus principios, sus apuestas, sus legados. Leer las Bases hoy no es mirar el pasado: es dialogar con el futuro.
Historiadores como Félix Luna (Breve historia de los argentinos, 1993) y Tulio Halperín Donghi (Una nación para el desierto argentino, 1982) han destacado el papel fundamental de las Bases como punto de inflexión en la organización institucional del país. Félix Luna subraya que Alberdi ofreció algo más que un programa: ofreció una forma de pensar el país con mentalidad moderna. Halperín Donghi, por su parte, interpreta las Bases como el intento más serio y coherente de dotar al Estado argentino de una arquitectura republicana funcional, adaptada al contexto sudamericano.
La correspondencia entre Alberdi y Urquiza, conservada en los archivos del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, da cuenta del impacto inmediato de la obra. En una carta fechada el 18 de julio de 1852, Urquiza agradece a Alberdi por el envío del libro y reconoce que sus ideas serán guía fundamental para la Convención Constituyente.
Incluso en documentos oficiales, como el Diario de Sesiones de la Convención de 1853, aparecen referencias explícitas al uso de las Bases como fuente doctrinaria para la redacción constitucional. En palabras del constituyente Juan María Gutiérrez: "La obra de Alberdi ha sido nuestro Norte; no hemos hecho sino concretar su pensamiento en la letra de nuestra Ley Fundamental".
Por lo tanto, las Bases no fueron solo teoría. Se convirtieron en acción política, en estructura jurídica, en futuro posible. A más de 170 años de su publicación, siguen siendo uno de los textos cardinales para comprender la Argentina que fue, la que es, y la que podría ser.
Análisis de las Bases
1. La soberanía nacional y la división de poderes
Contexto: Tras la caída de Rosas, el país estaba dividido en provincias con estructuras políticas desiguales y con escasa tradición constitucional. Alberdi escribió: “La república es la libertad organizada. Lo contrario es la tiranía”. Con esta frase, recogida en el capítulo I de las Bases, definía su ideal político.
Alberdi defendía que la soberanía debía residir en el pueblo y que, para que esa soberanía se ejerciera de forma saludable, debía estructurarse en un sistema republicano con clara división de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Inspirado en las ideas de Montesquieu y el modelo constitucional estadounidense de 1787, Alberdi proponía un equilibrio institucional que evitara el personalismo, tan presente en la historia política argentina. La Constitución de 1853 incorporó esta doctrina, organizando el poder estatal sobre esa base.
2. El fomento de la inmigración
Fundamento doctrinario: Contexto: Argentina en 1852 contaba con menos de un millón de habitantes en un extenso territorio. Alberdi entendía que el desarrollo del país dependía de poblarlo y dotarlo de fuerza laboral productiva. En sus palabras: “Gobernar es poblar; y cuanto más civilizado sea el que puebla, tanto mejor gobernado será el país”.
En un país despoblado y con vastos territorios improductivos, Alberdi planteaba que "gobernar es poblar". Veía en la inmigración europea no solo una solución demográfica, sino también un instrumento de modernización económica y cultural.
El Artículo 25 de la Constitución, junto con los artículos 75 inciso 18 (facultad del Congreso para fomentar industria, inmigración y educación), 19 (acciones privadas) y 1 (forma de gobierno representativa, republicana y federal), que promueve la inmigración europea y garantiza la libertad de culto a los inmigrantes, es producto directo de esta visión.
Historiadores como José Luis Romero han señalado que la inmigración entre 1870 y 1910, impulsada por estas ideas, transformó la estructura social argentina, permitiendo su integración al sistema capitalista internacional.
3. El libre comercio y desarrollo económico
Fundamento doctrinario: Contexto: Luego del aislamiento comercial impuesto durante el rosismo, Alberdi sostenía que Argentina debía abrir sus puertos al mundo. En el capítulo VII escribió: “El libre cambio es la palanca del progreso moderno”.
En contraposición al proteccionismo aduanero impulsado por Rosas, Alberdi defendía una economía abierta, donde el Estado promoviera la exportación de materias primas e importación de tecnología y bienes de capital. Sostenía que el comercio libre era motor del crecimiento nacional, y que la inversión extranjera debía ser protegida por leyes estables.
Esta concepción se plasmó en el Artículo 14 de la Constitución, que garantiza la libertad de comercio, y en los primeros tratados de amistad y navegación firmados por el Estado argentino con potencias europeas en la década de 1850.
4. Derechos civiles y garantías individuales
Fundamento doctrinario: Contexto: Tras décadas de gobiernos autoritarios, Alberdi postulaba que la libertad debía convertirse en la base legal del nuevo Estado. Escribió: “El gobierno que no asegura la libertad no merece obediencia”.
Alberdi colocó en el centro de su proyecto el respeto por la libertad individual. La libertad de expresión, de prensa, de asociación, de culto, de trabajo y la protección a la propiedad privada eran, para él, pilares de un Estado moderno. La Constitución de 1853 adoptó estos principios en su articulado, especialmente en los artículos 14 al 20. Según Halperín Donghi, esto marcó una ruptura definitiva con el orden colonial y patrimonialista heredado del virreinato.
5. La educación como motor del progreso
Fundamento doctrinario: Contexto: En una época donde la educación era privilegio de las elites, Alberdi defendía la necesidad de formar ciudadanos útiles para el trabajo y el desarrollo.
Afirmaba: “La instrucción pública debe enseñar a vivir, a producir, a ser libre”.
Para Alberdi, sin educación no había ciudadanía ni progreso económico. Sin embargo, su concepción difería de la de Sarmiento: mientras este pensaba en una educación enciclopédica, Alberdi proponía una educación práctica, orientada al trabajo, a la industria y al comercio.
Sus ideas influyeron en la Ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria (1884), promovida por la Generación del 80. También en la creación de escuelas técnicas y comerciales, necesarias para formar una fuerza laboral capaz de integrarse al modelo agroexportador.
6. Federalismo y autonomía provincial
Fundamento doctrinario: Contexto: Tras décadas de enfrentamientos entre Buenos Aires y el interior, el país exigía una fórmula política que equilibrara el poder. Alberdi, conocedor del interior profundo, escribió: “El federalismo es el equilibrio entre la libertad local y la unidad nacional”.
Alberdi, que había vivido en Tucumán y Santiago del Estero, conocía las tensiones entre Buenos Aires y el interior. Por eso, propuso un modelo federal auténtico, donde las provincias conservaran sus instituciones, pero estuvieran integradas bajo un gobierno nacional coordinador.
Este principio se consagró en los artículos 5 y 121 de la Constitución. La Convención de Santa Fe (1853) utilizó el modelo estadounidense como referencia, pero adaptado a la realidad territorial y cultural de la Argentina.
7. Religión y Estado
Fundamento doctrinario: Contexto: En una sociedad marcadamente católica, pero con aspiraciones modernas, Alberdi planteó una fórmula intermedia. En sus palabras: “La libertad religiosa no se opone al respeto por el culto tradicional del pueblo”.
Aunque defensor de la libertad de culto, Alberdi reconocía la centralidad cultural e institucional de la Iglesia Católica.
El artículo 2 de la Constitución establece que el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano. Por eso propuso una fórmula intermedia: el Estado debía sostener el culto católico (artículo 2), pero sin imponerlo, y permitir la libre práctica de otras religiones.
Esta decisión buscaba garantizar la paz religiosa, fundamental para atraer inmigrantes de diversas confesiones. Documentos del período muestran que esta política fue clave para evitar conflictos como los que se vivieron en México o Colombia.
8. Defensa nacional y fuerzas armadas
Fundamento doctrinario: Contexto: En pleno siglo XIX, los ejércitos latinoamericanos solían ser instrumento de caudillos o de golpes de Estado. Alberdi proponía una reforma profesionalizante: “Un ejército permanente, sin guerra civil, es garantía de orden, no de opresión”.
Alberdi creía que un país moderno debía tener un ejército profesional, disciplinado y subordinado al poder civil.
Proponía un ejército defensivo, orientado a resguardar la soberanía nacional y no a perpetuar guerras civiles. Esta idea fue retomada por el ministro de Guerra Julio Argentino Roca en la década de 1880, durante la profesionalización del Ejército Nacional y la Campaña al Desierto.
9. Justicia y sistema legal
Fundamento doctrinario: Contexto: La justicia en el siglo XIX era desigual y manipulable por el poder político. Alberdi sostenía: “Donde no hay justicia, no hay libertad; hay arbitrariedad”.
Una justicia imparcial, accesible y eficiente era, para Alberdi, la base de la confianza social en el Estado.
La Constitución de 1853 creó una Corte Suprema independiente y estableció el debido proceso legal. Alberdi también impulsó la codificación civil y comercial: sus ideas fueron retomadas por Dalmacio Vélez Sarsfield, quien elaboró el Código Civil en 1869, inspirado en el modelo francés pero adaptado a las realidades argentinas.
10. Política exterior
Fundamento doctrinario: Contexto: Argentina había permanecido aislada durante el gobierno de Rosas. Alberdi impulsaba una apertura diplomática: “La independencia no es aislamiento, es relación entre iguales”.
Finalmente, Alberdi concibió una diplomacia pragmática, orientada a establecer tratados de paz y comercio con otras naciones. Sostenía que Argentina debía dejar atrás el aislamiento y convertirse en una república reconocida en el concierto de las naciones. Sus propias gestiones como diplomático en Europa y América Latina ayudaron a consolidar esa imagen.
Epílogo: Volver a creer
Las Bases fueron mucho más que un libro: fueron una arquitectura intelectual y política para la construcción del Estado moderno argentino. Escrito en apenas tres meses y publicado en mayo de 1852, este texto fue adoptado como guía por la Convención Constituyente de 1853, y sigue siendo, según especialistas como Ezequiel Gallo y Ricardo Sidicaro, una de las obras políticas más influyentes de la historia argentina.
Cabe destacar que en 1860, la Constitución de 1853 fue modificada para permitir la reincorporación de la provincia de Buenos Aires, que inicialmente se había resistido a integrarse. Aunque se introdujeron ciertos ajustes, como una leve flexibilización del modelo liberal económico y la reafirmación de la supremacía nacional, gran parte del espíritu alberdiano fue preservado. Esto demuestra la resiliencia y vigencia del proyecto institucional que proponía Alberdi.
Por otro lado, algunas críticas han señalado los límites de su propuesta. La predilección casi exclusiva por la inmigración europea ha sido vista como excluyente frente a las culturas originarias y afrodescendientes del país. Además, su visión económica fuertemente liberal fue objeto de cuestionamiento por movimientos nacionalistas y sociales del siglo XX que reclamaban un rol más activo del Estado.
Aun así, el legado de Alberdi permanece como uno de los cimientos de la Argentina moderna. Su visión de un país regido por leyes, abierto al mundo, y sustentado en la educación, el trabajo y el respeto a las libertades, sigue siendo un horizonte deseable y vigente.
Juan Bautista Alberdi no fue un revolucionario de las armas, sino de las ideas. Su obra ayudó a convertir a la Argentina en un país organizado bajo los principios de la libertad, el orden y el progreso. Hoy, volver a las Bases es también volver a pensar qué país queremos construir.
Principio de Alberdi | Artículo Constitucional | Impacto histórico |
Soberanía y división de poderes | Art. 1, 108–120 | Organización republicana y equilibrio de poderes |
Inmigración | Art. 25, Art. 75 inc. 18 | Afluencia europea masiva, modernización social |
Libertades individuales | Art. 14–20, Art. 19 | Consolidación del Estado de derecho |
Educación y cultura | Art. 5, Art. 75 inc. 18 | Ley 1420, acceso público y formación cívica |
Federalismo | Art. 5, 121 | Autonomía provincial dentro de un marco nacional |
Culto y religión | Art. 2 | Equilibrio entre tradición y libertad religiosa |
Las Bases no fueron solo un plan de gobierno: fueron un acto de fe en el porvenir. Volver a Alberdi es, quizás, volver a creer que aún estamos a tiempo de fundar la república que soñó.
Fuentes y Bibliografía
Obras de Juan Bautista Alberdi:
Alberdi, Juan Bautista. Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina. Valparaíso: Imprenta del Mercurio, 1852.
Alberdi, Juan Bautista. Escritos póstumos. Buenos Aires: Editorial Estrada, 1915.
Constitución Nacional Argentina:
Constitución de la Nación Argentina. Santa Fe, 1853 (reformada en 1860, 1949, 1957 y 1994).
Disponible en: www.hcdn.gob.ar
Correspondencia y documentos oficiales:
Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Archivo de la correspondencia entre Alberdi y Urquiza, Tomo II, Buenos Aires, 1972.
Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de 1853. Edición oficial, Santa Fe, Archivo General de la Nación.
Obras históricas y análisis contemporáneos:
Halperín Donghi, Tulio. Una nación para el desierto argentino. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1982.
Luna, Félix. Breve historia de los argentinos. Buenos Aires: Editorial Planeta, 1993.
Romero, José Luis. Las ideas políticas en Argentina. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1994.
Gallo, Ezequiel. La república liberal. Una aproximación histórica. Buenos Aires: Ariel, 2006.
Sidicaro, Ricardo. Los tres peronismos: Estado y poder económico 1946–2001. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2005.

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