top of page
  • Facebook
  • Instagram
Buscar

¿Qué es la bondad?


La bondad no se anuncia.

Entra descalza.

Habla bajito.

A veces ni siquiera habla.

Pero se queda, cuando todos los demás se van.

No se enseña en una cátedra.

No se gana por decreto.

No se regala.

No se impone.

La bondad verdadera no necesita testigos.

No espera nada a cambio.

No busca prestigio ni fama.

Es fuego lento.

Es calor humano.


I. La elección silenciosa

¿Qué es, entonces, la bondad?

Es la decisión de no volverse piedra en un mundo que endurece.

Es el acto invisible de quien cuida sin ser visto.

Es tender la mano sin calcular.

Es acompañar en el dolor sin ofrecer fórmulas.

Es elegir la empatía cuando el cinismo parece más cómodo.

Es responder al odio sin convertirse en él.

Ser bondadoso no es ser ingenuo.

Es tener el coraje de seguir creyendo en lo humano… incluso cuando todo alrededor lo niega.


II. Gente que no sale en los diarios

Una mañana vi a una nena de barrio humilde compartir su merienda con sus dos hermanitos. Le pregunté si no tenía hambre. Me dijo:—Sí, pero ellos son más chiquitos. Tenía ocho años. Y una claridad que muchos adultos olvidaron.

Bondad es el albañil que presta su paraguas al obrero nuevo.

Es la enfermera que acomoda una almohada en una guardia atestada.

Es la inmigrante que traduce en la sala de espera para otra madre que no entiende el idioma.

Es el jubilado que devuelve una billetera llena porque, si no lo hiciera, no dormiría tranquilo. Es la madre que finge haber comido para que sus hijos no se preocupen.

Es el joven que consuela a un desconocido en la fila del hospital.

No son santos.

No son héroes.

Son personas comunes que eligen lo correcto cuando nadie los mira.


III. Lo que la bondad no es

Bondad no es servilismo.

No es dejarse pisar.

No es fingir una sonrisa cuando uno está quebrado.

Tampoco es la caridad con cámaras.

Ni el abrazo que espera likes.

Ni el gesto que se hace solo si hay audiencia.

La bondad no necesita testigos para ser real.

Y tiene enemigos silenciosos: la indiferencia, que mira hacia otro lado; el egoísmo, que pregunta “¿qué gano yo?”; la burla, que llama “tonto” al que se detiene a ayudar.

Hay quienes la desprecian por considerarla inútil. Y, sin embargo, es lo único que mantiene unido lo humano.


IV. Una decisión rebelde

Ser bondadoso, en estos tiempos, es casi un acto de rebeldía.

Porque implica detenerse en medio del apuro.

Escuchar en un mundo de gritos.

Dar sin poseer.

Quedarse, cuando todos se van.

Como escribió Viktor Frankl:

“El ser humano se realiza en la entrega a una causa o al amor a otro.” Y la bondad es eso: entrega silenciosa. Es confiar en que, aún en el barro, puede nacer una flor.


V. Herencia sin nombre

La bondad se contagia.

A veces sin que lo notemos.

Una palabra puede evitar una tormenta.

Un gesto puede salvar una vida.

Una mirada puede sostener un alma que estaba por caer.

No cambia el mundo de golpe. Pero sí transforma un momento.Y ese momento… puede cambiarlo todo.

La bondad no se impone, se transmite.

A veces se aprende en la mirada de una madre.

O se descubre al perderlo todo menos la voz.

Hay quienes la heredan sin saberlo.

Y otros la conquistan a cada paso, como quien siembra en la sequía esperando que algo noble brote.


VI. La última llama

Algún día todo lo que fuimos —títulos, cuentas, apariencias— se borrará.

Pero lo que hicimos con bondad…eso queda.

Eso trasciende. Eso deja luz.

Porque la bondad es eso: la huella suave de un alma que eligió no endurecerse.

Y en un mundo que se incendia por el odio, la bondad es ese brasero humilde que calienta el corazón y resiste la noche.




 
 
 

Comments


¿Queres ser el primero en enterarte de los nuevos lanzamientos y promociones?

Serás el primero en enterarte de los lanzamientos

© 2025 Creado por Ignacio Arnaiz

bottom of page